Paso por ahí siempre, porque camino harto y uso principalmente el transporte público, entonces siempre me encontraré con momentos distintos (aunque para algunos puede ser una foto un poco repetida). La esquina de Los Leones con Providencia me gusta mucho porque, más allá de la mole de hormigón y acero que está un poco más hacia el oriente, en ese lugar siempre se producen atardeceres interesantes: el espacio que se genera entre los edificios algo antiguos y el paso bajo Providencia dejan una vista despejada y sin interrupciones hacia el cerro San Cristobal, permitiedome ver el cielo casi en el horizonte, sin tener que torcer el cuello.
Y es que esos atardeceres son los que me gustan: aquellos que se cuelan entre los edificios y generan un contraste entre lo natural y la intervención humana, un recordatorio del equilibrio que yo necesito y disfruto.
2023.05.21
Providencia, Chile.
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