Cuando tomé esta foto me quedé pensando en las pequeñas ondas que se producían con la lluvia. Me gustaba, pero no era suficiente, entonces empecé a jugar con las posibilidades; tomando ese detalle, empecé a ver otras cosas. Estaba lloviendo, el charco no era pequeño, pero permitía que se viera el fondo; como buen día de lluvia, los colores eran apagados y tampoco había sol que hiciera resaltar algo en particular, pero la foto seguía teniendo algo. Y lo descubrí: era el fondo, el pavimento bajo el agua.
Sin darme cuenta, le había tomado una foto a algo que parecía un cielo estrellado y había ciertos colores para resaltar. La hoja del árbol no está enfocada, pero me sirvió como cable a tierra, para recordarme de que todo eran efectos especiales. Son bonitos, pero no es más que eso. Entonces desde un detalle llegué a algo más profundo.
Al principio pensé mucho en la manoseada y clásica analogía de las pequeñas acciones que repercuten como las ondas que se producen en el agua, pero al final me quedé en otro escenario: uno dónde, como siempre en esta cabeza que no detiene sus pensamientos, el mirar las cosas con calma me permite conocerlas mejor y obtener un potencial, de cierta manera, oculto.
Más allá del sobrepensamiento, quedé con una sonrisa en la cara.
2023.07.22
Avenida Los Leones con Coronel
Providencia, Chile.
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