Después de la lluvia siempre habrá un momento para admirar aquellos rayos de sol entre las nubes y esos colores intensos que por lo mismo aparecen. Esos atardeceres pueden dejarte con la boca abierta y nadie podría negar su espectacularidad, pero la verdad es que son instantes y bastante escasos. Es verdad que son muy llamativos y recurro a ellos cuando creo que una foto podría ser interesante, pero de cierta manera han dejado de sorprenderme por una razón bien particular: siento que me distraen de las cosas “genéricas” que siempre son hermosas y solamente están eclipsadas por un sinnúmero de detalles momentáneos y efímeros.
Quiero quedarme con lo cotidiano, con lo bello de la normalidad, con el detalle escondido que de seguro me hará pensar más cosas que simplemente decir “es hermoso”. No quiero efectos especiales, sólo quiero resaltar y compartir situaciones comunes que la mayor parte de las veces pasan desapercibidas.
Finalmente es lo cotidiano lo que perdura.
Un día de julio de 2023.
Calle San Crescente
Las Condes, Chile.
Los comentarios están cerrados.