Desde lejos (2)

Ayer fue otro de esos días dignos de recordar: otro de esos momentos en que la oportunidad de estar entre el público me permitió reencontrarme con ciertas emociones perdidas y que, aunque suene repetido, hace un año no pensaba vivir nuevamente.

Ha pasado tan rápido todo y las emociones han estado tan a flor de piel que no puedo no agradecer la forma en que hoy me siento: Si, supongo que lo sabes y lo he dicho muchas veces, no estuve bien y hoy se siente como que la música es la que, de cierta manera, viene a cerrar el ciclo. O una parte. O al menos eso creo.

Pareciera que todo empezó a manifestarse con el concierto de Porcupine Tree, dónde si bien lo disfruté, me sentí desconectado. Luego de caer en un pozo muy oscuro y lograr empezar a salir, el show de Tesseract fue cuando me permití reencontrarme con esa parte de mi que pensaba había desaparecido. Entonces ayer, un 15 de noviembre de 2023, a un año de una serie de eventos muy desafortunados, con Leprous grité, canté, lloré y me deslumbré con un sonido, a mi parecer y desde mi punto de vista, rayando en lo perfecto. Pero más allá de lo técnico, yo estaba ahí, presente en muchos niveles.

Tomé la foto con mi teléfono -una vez más-, está lejos de ser perfecta y lejos de mostrar la intensidad del momento, pero, a riesgo de sonar cómo un cliché más, la verdad es que he entendido que se puede regresar de esos lugares oscuros y, sin esperarlo, para ir un paso más allá.

2023.11.15

Leprous

Teatro Caupolicán, Chile

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