La búsqueda

Me gusta pensar que cuando no estoy buscando algo, lo encuentro. Así, sin forzar nada. Me refiero a ese momento donde derechamente estoy desconectado, donde ninguna presión, ningún deber, ningún fin me lleva a un camino que al menos se siente correcto. ¿Y por qué lo digo? Porque lamentablemente -sí, en el mal sentido del asunto- suelo anticiparme a miles de escenarios y mi mente va más rápido de lo que quisiera.

¿Me es fácil no pensar en buscar una solución a algo? No ¿Puedo estar tranquilo sin pensar en lo siguiente? Difícilmente. Es en ese momento cuando trato de refugiarme en lugares donde soy más espontáneo, donde no tengo que planificar y las cosas puedan nacer de una forma más orgánica. Otra opción es hacer algunas cosas sin esperar un resultado, pero eso sí que es algo muy difícil; aun así, a largo plazo, sin que se vuelva algo mecánico, comienzo a encontrar un sentido a lo que hago.

Por lo mismo tengo -y debo- mantenerme al margen del “cómo deben hacerse las cosas” para que me funcionen, porque en un sistema demarcado por límites en muchos aspectos, y al mismo tiempo lleno de fórmulas “garantizadas” para conseguir algo, tengo que asegurarme a toda costa de que lo que siento sea natural y no una respuesta automática o el cumplimiento de un check list.

Es por eso por lo que, mientras pueda, seguiré caminando algo desconectado, mirando hacia cualquier lugar, hasta que, por cosas de la vida, encuentre lo que necesito.

2023.09.09

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Santiago, Chile