Personal

Desde el otro andén, veo una iluminada ventana de un vagón del metro. Dentro de ese marco, van varias personas sentadas. De todas ellas, una va mirando su teléfono desde muy cerca. Y es hasta ahí donde puedo llegar, porque lo que puedo ver con mis ojos tiene límites y de ahí en adelante todo lo demás son supuestos.

Con tanta pieza faltante, me dan ganas de saber que es lo que pasa entre esa pantalla y los ojos de su dueño: ¿Estará bien? ¿Está escuchando música? ¿Está teniendo una conversación importante? ¿Está mirando memes? ¿Está distraido? No sé nada. Quizás debería inventar una historia: Después de un árduo día de trabajo, se dispuso revisar todas las notificaciones que tenía pendientes. Recién había podido recuperar el teléfono que se había dañado después de una caida. Fueron días sin comunicación instantánea y estaba comenzando a desesperarse. Algunos amigos incluso pensaron lo peor, ya que todos los días acostumbraba enviar un mensaje positivo a un grupo y, en la costumbre, era bastante extraño que no lo hiciera.

Pero como dije, son supuestos y de seguro la explicación es mucho más simple. Entonces, en ese montón de información e intentos de armar un rompecabezas incompleto, no queda más que decir “es parte de su espacio propio” y ahí hay cierto límite donde, con una foto, no voy a cruzar.

2023.08.03

Metro Moneda

Santiago, Chile.

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