Si no hubiera estado almorzando tranquilamente (con mi cámara en el bolsillo por si había alguna oportunidad), habría estado allá afuera, caminando bajo la lluvia y disfrutando de una de esas situaciones cada vez más excasas en Santiago y que tanta falta hacen.
No soy amigo del sol, ni menos de sentirme ahogado a la sombra por un calor que me rodea y cuya única forma de aguantarlo es en una piscina, en la playa o con aire acondicionado. Prefiero la lluvia, las nubes, un natural viento fresco y esa sensación de que todo se limpia; si bien muchos priorizarían quedarse en la casa acostados viendo televisión (cosa que también hago), me gusta tener la posibilidad de que si quiero, puedo salir a mojarme, ponerme audífonos y caminar.
Aunque suene raro, con lluvia y frío, en el lugar donde vivo, mi mundo se extiende. No sé si todos puedan entenderme.
2023.11.10
Moneda con Agustinas
Vista desde Café Primmo
Santiago Centro, Chile
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