No hubo acceso como prensa y finalmente creo que fue para mejor. Fui a ver y a disfrutar el show, sin compromisos posteriores. Pasó muy rápido, porque después de cada canción parecía que no había espacio para detenerse en ningún momento. Y bueno, como todos hacemos (o al menos la gran mayoría) grabé algunos videos que subí a mis historias de Instagram y tomé un par de fotos con mi teléfono.
Más allá de temas técnicos y puristas respecto de lo que es o no fotografía, este registro refleja muy bien lo que sentí esa noche: Royal Blood, un dúo (con compañía a momentos de un tercero) llenaron el espacio del Teatro Caupolicán, apoyados de un show de luces y humo descomunal, y un sonido impresionante. He visto muchos shows y tengo claro que algunas bandas de 5 personas no son capaces de amplificar en el escenario esa numerosa presencia. Y veo esta foto y sigo recordando aquello.
Y lo otro que saco al limpio es la importancia de editar mis fotos, a mi gusto, con mis ideas, en mi tiempo y sin presiones. Es la única forma (para mi) de conseguir plasmar lo que yo viví, más allá de si es una representación fiel del momento. Porque incluso lo que veo puede ser subjetivo si entramos en una discusión más filosófica. Entonces, me quedo con que esta imagen refleja lo que vi y experimenté.
Eso nadie puede quitármelo.
2024.04.10
Teatro Caupolicán, Chile
Tomada con mi Google Pixel 7 Pro
@royalblooduk
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