Esa frase por lo general no me representa, pero inevitablemente me veo en la situación de tener que ponerla en práctica. Y es que estas fotos llevan un año guardadas y por diversas razones (principalmente técnicas), me era imposible trabajar en ellas, lo que llevaba a un espiral de desmotivación y desinterés que no es algo precisamente agradable.
En todos los intentos terminaba frustrado, llegando al punto de incluso de decir “bueno, sería todo, quizás estas fotos nunca verán la luz”. Pero la verdad es que después de un largo recorrido, idas y vueltas, tropiezos y desilusiones, el final si era bastante más claro, aún cuando sigo sintiendo que pude mejorar muchas cosas.
Y así, un día las cosas funcionaron, logré desconectarme de las dificultades y enfrentar un momento que durante mucho tiempo pensé que nunca se daría. Es por eso que me cuesta “dejar ir”, porque si hay algo que pueda hacer, por ínfimo que sea, siempre tendré claro que si hay algo que pueda hacer, lo haré, aunque factores externos digan todo lo contrario.
Entonces, las cosas pasarán cuando tengan que pasar y, aunque muchas veces no esté en mi poder, seguiré esperando, porque definitivamente no voy a dejar ir esas fotos que me importan, porque si el resultado será este, el extenso proceso vale la pena absolutamente.
2024.02.15
Termas Geométricas
Panguipulli, Chile
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