Puede que un espacio utilitario no sea interesante, pero encontrarse ahí en un momento particular puede darnos una momentánea nueva perspectiva, apreciarlo, inmortalizarlo y disfrutarlo, para luego volver a la vida normal, porque en el fondo, no ha cambiado.
Tal como nuestra mente, la ciudad guarda muchos espacios llenos de recuerdos y momentos.
Muchas veces hay que mirar desde otro punto de vista para encontrar lo bueno que está oculto tras otras fachadas.
Cuando no sabemos hacia donde vamos, no queda más que aferrarnos a algo de luz. Y después queda atreverse a atravesar ese umbral.
Creo haber sido el único que pasó por este lugar en mucho tiempo. Más allá de lo que una este puente, una reja impide que cualquier persona transite por ahí. Un pequeño cambio, lleva a este espacio al olvido absoluto.
Había una segunda versión de esta foto, la cual me gusta más, ya que deja ver el esfuerzo de la luz para llegar a lugares inalcanzables, especialmente en una ciudad densa donde los reflejos no ayudan mucho.